martes, 25 de octubre de 2011

La alta comisionada adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Kyung-wha Kang,consideró poco realista implantar en Chile una educación universitaria gratuita "de la noche a la mañana", pero abogó por instalarla "de forma progresiva"


Así lo afirmó en una entrevista realizada por la Oficina Regional para América del Sur del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, con sede en Santiago, donde la representante de la ONU estuvo de visita la semana pasada.
Kyung-wha Kang insistió en que durante el conflicto estudiantil en Chile, que lleva cinco meses activo, "ha habido violencia por ambas partes" (jóvenes y policías) y que ésta "no debe ser tolerada".
En ese sentido, advirtió que el Gobierno ha cometido "excesos" en su respuesta a estas manifestaciones y lo insta a actuar de manera "proporcional y de acuerdo con las directrices internacionales sobre el control de multitudes, el uso de la fuerza y las armas".
Como ejemplo de esos excesos, la alta comisionada se preguntó por qué el policía que percutó el tiro que mató al joven Manuel Guerrero durante el paro sindical de fines de agosto portaba una subametralladora, si se encontraba "en el contexto de control público".
Sobre las demandas de los estudiantes, que exigen educación pública, gratuita y de calidad y poner fin al sistema impuesto durante la dictadura, Kyung-wha Kang coincidió en que "la educación es un derecho, no es caridad".
Añadió que la educación primaria "debe ser gratuita para todos", la secundaria "también, progresivamente" y, a su juicio, lo mismo debería ocurrir a nivel universitario, aunque sólo para aquellos que demuestren la capacidad de cursar esos estudios. Aun así, señaló que implantar la gratuidad a nivel universitario "de la noche a la mañana no es realista".
"Pero eso no debería ser un impedimento para hacer un compromiso a largo plazo para lograr ese objetivo", advierte.
El Presidente Piñera, que en una ocasión definió la educación como un "bien de consumo", está dispuesto a garantizar la gratuidad, a través de becas, sólo para el 40 por ciento de los estudiantes, mientras que para el otro 20 por ciento ofreció una mezcla de becas y créditos con bajos intereses.
Esto derivó hace tres semanas en el quiebre del diálogo con los estudiantes, que exigen que la gratuidad beneficie a todos y que este cambio se financie a través de una reforma tributaria.
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